Feliz

Ser feliz, es querer estar donde se está. Cuando escribo soy feliz, porque estoy donde quiero estar.

Tú eres música.

Conversando con mi otro yo, ese con quien suelo platicar en el silencio, me dijo lo siguiente:

"En una situación de completa tranquilidad he pensado que, lo que escucho le da cuerpo a mi alma. Sí, eso he dicho, que mi alma tiene forma de música en la vida que conozco. El interior, sólo permite los sonidos que identifica como míos, los otros, si acaso los tolera de mala gana. Por eso, sólo me pongo la música que soy. No encontraré placer más libre en esta tierra, que  permitirme los sonidos que me lleven a ser aquello que siempre he sido en otros mundos, que mientras hablo, no alcanzo siquiera a imaginar.

Lo más valioso que ha descubierto la humanidad como especie; es la música. La música debe de ser alguna llave para abrir algo más, ¿no crees? Todavía no he encontrado la pieza perfecta, esa que gire la perilla, que me sostenga el vuelo cuando me lance al precipicio, esa que tú entiendes, me haga desaparecer y llover en la felicidad. Consciente, o inconscientemente.

He buscado alcanzar el conjunto de notas perfectas, distribuidas en el tiempo exacto. He hecho intentos formidables, pero todavía no se muestra la combinación precisa que me haga desaparecer. ¿La has encontrado?, si tienes una sugerencia me gustaría escucharla. En algún milagroso destino, pudieran coincidir las notas y los tiempos."

Y así terminó la prolongada plática que tuve con ese que te digo, sólo habla en el silencio…y así te lo cuento también a ti, y te lo afirmo: esa música que escuchas, dice más de ti, de lo que pudieras explicar con siete mil palabras.

Así que te digo, cuando alguien te pregunte: ¿qué música te gusta? Te está preguntando, consciente o inconscientemente: ¿quién eres?, ¿qué persona,  con toda tu libertad escoges ser? Quién no te pregunte; qué música te gusta, entonces no está interesado en saber quién eres, aunque pregunte por tu nombre. 

Profunda reflexión en tres renglones.

Disertando del arte, de la belleza, de la pureza, de la frescura, de la delicia... me topé por azar con la palabra “político". Me dieron escalofríos por la repugnancia y pensé: amo con la misma magnitud a la música, que desprecio a los políticos.

Del origen de las lenguas.

Me he puesto a pensar en lo caótico que debió de ser el momento en el cual Dios, castigó a la humanidad por su arrogancia de pretender alcanzar el cielo con una torre; la de Babel. Si sucedió o no en la historia que nos antecede como especie, es irrelevante para mí, pues ahora que escribo, voy a ese lugar y a ese tiempo, entre todas las demás posibilidades, y cuento lo que veo en la Torre de Babel. Tal vez tú también lo veas.

Construcciones I

Con la cabeza que despega, con los dedos que se instalan en un teclado, con la mirada que se va volando a aquella historia, me dispongo a terminar en este momento; los párrafos segundo, penúltimo y último del cuento que construyo. Aún no le encuentro un título, pero ya lo tendrá.

¿Alguna vez has imaginado una voz tan exacta y conectada con la música, que con apenas escucharla, quedes hipnotizado por su belleza? Bien, pues Daphne tiene una voz así de extraordinaria. Permíteme presentártela, es una de las protagonistas en una historia que se forma, y es el motivo del episodio que te comparto.

Abre la puerta, adelante, busca un buen asiento.

Construcciones I

Con la cabeza que despega, con los dedos que se instalan en un teclado, con la mirada que se va volando a aquella historia, me dispongo a terminar en este momento; los párrafos segundo, penúltimo y último del cuento que construyo. Aún no le encuentro un título, pero ya lo tendrá.

¿Alguna vez has imaginado una voz tan exacta y conectada con la música, que con apenas escucharla, quedes hipnotizado por su belleza? Bien, pues Daphne tiene una voz así de extraordinaria. Permíteme presentártela, es una de las protagonistas en una historia que se forma, y es el motivo del episodio que te comparto.

Abre la puerta, adelante, busca un buen asiento.

Pedestales

No sé si has escuchado con detenimiento la música que hace Thom Yorke, pero en lo que a mí respecta, después de que los maestros veteranos se retiraron de la vieja escuela del Rock, o en su caso debieron de hacerlo; el creador de Atoms for Peace, es el genio más grande que ha tenido la música desde entonces. Las notas que se hilan  oníricamente a su rededor; crean el telar más innovador, complejo, e introspectivo, con el que me he podido cobijar.

Habrán muchos otros que siguieron de cerca a los grandes nombres de The Beatles, Pink Floyd, Led Zeppelin, Black Sabbath, Deep Purple, tan sólo por mencionar algunos... pero al único que me atrevo a poner en un pedestal, lo suficientemente elevado para que se encuentre a la par con los maestros; es a Thom Yorke, en sus bandas.